Tanto
la Constitución Española de 1978 como la doctrina constitucional han definido a
España como un Estado Autonómico y Monarquía con sujeción constitucional [1].
Estos
conceptos chocan, de entrada, con la forma de pensar, esencialmente
republicana, del venezolano, y se trata entonces de comenzar a aprender a
pensar sabiendo de lo que se habla. Los conceptos de Nación, Estados y
Municipios cambian a Estado, Comunidad Autónoma, Provincias y Municipios.
El
artículo 2 de la Constitución Española estatuye que “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y
garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la
integran y la solidaridad entre todas ellas.” Está claro que este precepto
es ampliamente desarrollado a lo largo de todo el Texto Fundamental.
El
Estado Español, a nivel territorial, se encuentra dividido desde la unidad
Estatal (Nación), en Comunidades Autónomas (CC.AA.), y Provincias. Como se verá, cada Provincia se
divide en Municipios.
Así,
España está dividida en 17 Comunidades Autónomas, o Autonomías[2], y 2
Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla), muchas de las cuales tienen sus
costumbres y lengua propias, así como legislaciones forales diferenciadoras,
que afectan sobre todo a los derechos civiles de las personas físicas.
Como
ejemplo puros y duros, una sucesión se divide diferente en Galicia (Lei 2/2006,
do 14 de Xuño, de Dereito Civil de Galicia) y en Cataluña se reconoce el
matrimonio entre personas del mismo sexo (Llei 25/2010, del 29 de juliol, del
Llibre Segon del Codi Civil de Catalunya, relatiu a la persona i la familia)[3],
recogiendo el precepto del artículo 44 del Código Civil.
Vamos
a ver: en todos lados se habla español, pero hay autonomías que tienen además su
idioma, o dialecto, o su propia forma de hablar, pero a saber, eso forma parte
del ámbito de los lingüistas y los nacionalistas.
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No pretendas cambiar tu acento. Se nos da fatal. No
estamos acostumbrados a estar pendientes de la correcta pronunciación de la C
y de la Z, de J y de la G.
Somos venezolanos, y ya.
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La
Constitución de 1978 debe, necesariamente, ser vista desde el punto de vista de
una gran reconciliación nacional. Muerto Francisco Franco, y su férrea
imposición de la España una, grande y
libre, resurgen las viejas aspiraciones que consiguen sus expresiones
(legales o ilegales) en los nacionalistas catalanes y vascos, al igual que en
el resto de España, como los intentos del MPAIAC en Canarias. A ver, en todos
lados se cuecen habas.
Para
entender la España de hoy, se debe saber que la Constitución de 1978 fue una
solución de compromiso entre las fuerzas políticas de la época. No se trata de
un texto constitucional de avanzada, sino de cohesión entre las diferentes tendencias
que por siglos mantuvieron una idea de Nación, concepto impensable para los
venezolanos. Simplificando algo, para la construcción de aquel y de este
momento, se jugaron el cuello demócratas y franquistas, nacionales y
autonomistas, y acordaron ese texto, que como toda Carta Magna, siempre es
perfectible, y nunca perfecta.
La reciente abdicación de S.M. el Rey Juan Carlos I de Borbón, ha desatado un vendaval de opiniones sobre el modelo del Estado español, y hay para todos los gustos: queda de cada uno de ustedes pensar, opinar y decidir, teniendo claro que lo que sí reina en España es el Estado de Derecho.
La “idea” venezolana
Hemos
visto demasiados fracasos. Si crees que tienes un Plan de Negocios, vuelve al
comienzo. Dale otra vuelta, y estudia cuidadosamente tu mercado: porque en el
sitio no haya un restaurant de Sushi, no implica que el mismo vaya a tener
éxito.
Hemos
aportado demasiados euros a pérdida en el mercado español. Ya es hora de las
decisiones pensadas, meditadas, y planificadas al milímetro.
Estudia
los gustos, a la gente. Siéntate en el bar de la esquina, y habla con todo el
mundo, y te vas a dar cuenta que aunque tengas al mejor Chef de Sushi, el proyecto
no va a salir adelante. O sí que sale. Tu decisión.
No
te la vas a comer, sino que los bancos van a comer de ti, y tu capital se va a
ver disminuido, cuando no eliminado.
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¡Cuidado!
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Tu idea no
es solo tuya. Ya alguien la ha tenido antes. Negocia con tu Banco para que no empeñes el capital familiar.
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La
ida a España tiene que estar precedida, necesariamente, por un Plan de
Negocios. Estudia con cuidado tus opciones. No te descapitalices, y ten siempre
un plan de escape.
Cuenta
los cobritos. En España, cada Euro cuenta. Dependiendo del tamaño de tu
familia, el presupuesto tiene que cuadrar al pelo.
Una
consideración adicional: la familia biparental con tres hijos o más es
considerada como familia numerosa.
Dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que vayas a vivir, ello puede significar mayores
o algunos beneficios, ya que Europa es un continente viejo.
La
pirámide poblacional de Europa no ha cambiado, sino todo lo contrario. Cada día
su base superior se expande, lo que quiere decir que hay más viejos que
jóvenes, y eso no se ha podido superar. Europa necesita ser repoblada.
[1]
Constitución Española, Artículo 1. 1.
España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia,
la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía
nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
3. La forma
política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
[2] Andalucía,
Aragón, Principado de Asturias, Illes Balears, Canarias, Cantabria, Castilla La
Mancha, Castilla y León, Catalunya, Extremadura, Galicia, La Rioja, Madrid,
Murcia, Navarra, Pays Basque, y Comunitat Valenciana.
[3] En este
mismo sentido, el Tribunal Constitucional ha expresado su reconocimiento del
matrimonio entre personas del mismo sexo.
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